A Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941) la conocí por casualidad. Tuve la fortuna de encontrarla mientras escudriñaba libros de poesía en una biblioteca pública de Barcelona. De las pocas actividades que podía permitirme estando cesante y carente de guita. El nombre de su libro me sedujo al instante: “Playstation”. Fue el anzuelo perfecto para el niño rata que okupa en mi interior.
Peco de atrevido al insinuar que la conocí personalmente (lo que hubiese sido macanudo). Digo “haberla conocido” por la sensación que me provocaron sus letras. Una cercanía inmediata, como si te invitara a sentarte a tomar mate y jugar Playstation. Su prosa es irónica, rebelde, erótica; pero por sobre todo viva, palpable. Nada de astros, olimpos ni éter ni huevadas.
“Tengo un dolor aquí, al lado de la patria”.
A los 6 años le comentó a su madre que quería ser escritora, pasión que continúa realizando hasta el día de hoy. Junto a María Luisa Bombal, Clarice Lispector y Elena Garro; Cristina Peri Rossi, es de las pocas escritoras femeninas vinculada al boom latinoamericano (¿Cuántas poetisas latinoamericanas de aquella época quedarán injustamente relegadas?). Ello no impidió que el régimen militar uruguayo prescribiera su obra y la conminara al exilio en 1972. Hecho que ha estado presente en su obra. “A veces preferiría marcharme/ el espacio me angustia como a los gatos/ Partir/ es siempre partirse en dos”. Desde entonces vive en Barcelona trabajando en diversas publicaciones. Desde que lo sé, trato de ajustar el foco cada vez que estoy en la calle. ¿Quién sabe?, en una de esas tengo la suerte de encontrarla en algún lugar de la ciudad.
“Cristina es una de las grandes voces que ha retratado de manera impecable la complejidad de los deseos, los afectos, las relaciones; desde una perspectiva femenina y feminista”, son palabras del académico Cristián Opazo, presidente del jurado que le otorgó a Cristina el Premio José Donoso. Además ha recibido el premio Ciudad de Barcelona (1990), el Premio Internacional de Poesía Rafael Alberti, el Premio Loewe (2008), entre otros.
Su extensa obra ha sido traducida en más de 20 lenguas. Y es cuando me pregunto, ¿por qué no la conocí antes?
Su voz quieta habla por sí sola:
R.I.P.
Ese amor murió sucumbió está muerto aniquilado fenecido finiquitado occiso perecido obliterado muerto sepultado entonces, ¿porqué late todavía?
“Inmovilidad de los barcos” 1997
CABINA TELEFÓNICA 1965
El exilio es tener un franco en el bolsillo y que el teléfono se trague la moneda y no la suelte -ni moneda, ni llamada- en el exacto momento en que nos damos cuenta de que la cabina no funciona.
“Estado de Exilio” 2003
EL VIAJE
Mi primer viaje fue el del exilio quince días de mar sin parar la mar constante la mar antigua la mar continua la mar, el mal Quince días de agua sin luces de neón sin calles sin aceras sin ciudades sólo la luz de algún barco en fugitiva Quince días de mar e incertidumbre no sabía adónde iba no conocía el puerto de destino sólo sabía aquello que dejaba Por equipaje una maleta llena de papeles y de angustia los papeles para escribir la angustia para vivir con ella compañera amiga
Nadie te despidió en el puerto de partida nadie te esperaba en el puerto de llegada Y las hojas de papel en blanco enmoheciendo volviéndose amarillas en la maleta maceradas por el agua de los mares
Desde entonces tengo el trauma del viajero si me quedo en la ciudad me angustio si me voy tengo miedo de no poder volver Tiemblo antes de hacer una maleta -cuánto pesa lo imprescindible- A veces preferiría marcharme El espacio me angustia como a los gatos Partir es siempre partirse en dos.
“Estado de Exilio” 2003
SUPERMERCADO
La cajera de una sucursal del Kaiser
mira con desaprobación
el billete arrugado de diez marcos que le doy
lo estira lo plancha lo alisa minuciosamente,
coloca la efigie de Albert Dürer hacia arriba,
como si se tratara en el fondo a un papel muy diferente
al de envolver fideos.
Si no me mirara con tanta severidad le pediría disculpas
tengo ganas de preguntarle que barco es el que aparece
del otro lado del billete
pero he cometido demasiados errores este día,
escribí varios poemas,
olvidé peinarme,
llueve y ando sin paraguas
y además, los diez marcos estaban arrugados.
“Europa después de la lluvia” 1987
EXTRANJERA
Extranjera en la ciudad
extranjera entre otros
de noche
me encierro en el bar gay.
Ah, mis hermanos…
el alegre maricón con el pelo verde
que baila sensualmente
mientras se mira en el espejo
cual Narciso teñido
la profesora de francés
vestida de George Sand
con su alumna preferida
(Balthus)
y las parejas siamesas
que han conseguido
eliminar las diferencias.
Pido una copa
todo el mundo baila,
todo el mundo menos yo
¿Será posible que aquí también
entre falsos pelirrojos
y lesbianas sin pareja
te sientas otra vez una extranjera?
“Estrategias del deseo” 2004
LITERATURA II
“Todo lo conviertes en literatura”
me reprochas, llorando
“Cuando te deje, seguro que escribes
una novela contra mí”
no exageres, mujer,
no da para una novela
quizás sólo para un poemita
que luego leeré en público.
Y nadie sabrá que eras tú.
“Todo lo conviertes en literatura”
me reprochas, llorando
“Cuando te deje vas a escribir en contra de mí”
entonces no me dejes
te digo, besándote los ojos.
“Habitación de Hotel” 2007
CAMELLO
Dicen los poetas árabes que el destino es el vagar de un camello ciego.
Como un camello ciego he recorrido ciudades anchas como océanos
como un camello ciego me he perdido en ciudades estrechas como lupanares
como un camello ciego aprendí lenguas que no eran las mías
y supe su sabor su dulzura su rudeza su esplendor y su opacidad
como un camello ciego enfermé hasta morir y sobreviví hasta renacer
como un camello ciego creí tuve ideas tuve sentimientos y los cambié por otros los abandoné
Pero ahora mi camello ya no es ciego conoce su destino:
las playas húmedas de tus muslos la arena de tus labios la seda de tu vientre el agua dulce del cántaro de tus labios y el salitre de tu concha marina entre las piernas.
“La Noche y su artificio” 2015
Se puede encontrar más de Cristina directamente en su web
Bar Raïm, más conocido como el Cubano de Gracia. Carrer del Progrés 48, Barcelona. Antigua y emblemática cantina con un ambiente en sepia que te traslada a la Habana. Sus mesas de mármol son historia viva de encuentros, brindis y conversaciones. En sus paredes se puede apreciar una colección de fotografías que decanta nostalgia pura. Su carta de rones asombra, aunque lo que se roba todos los aplausos son los mojitos. Ideal para soltarse y disfrutar del ambiente, el son y el guaguanco.
Bar Aux Folies. 8 Rue de Belleville, París. Pintoresca cantina con cerveza barata (Dato: 4€ pinta parisina). Ideal para faire l’apéritif antes de comer en alguno de los increíbles restaurantes asiáticos que hay en el barrio. O incluso después de ello. Ambiente grato y desentendido. Sin pretensiones. Bar de toda la vida, con una cachonda iluminación ochentera.
Bar Lilith & Sons ex bar la Bota chica. Carrer d’En Fontrodona, 23, Poblesec. Pequeña, acogedora y renovada cantina. Ruidosa, modernilla y con actitud. Con tantos detalles como cócteles en la carta. Lamentablemente no se pudo apreciar más pormenores debido a la hora y al grado de embriaguez. Tarea pendiente.
Bar la Masía. Carrer d’Elisabets #16, Barrio del Raval. A pasos del MACBA, colmena de skaters y fumetas, se encuentra el acogedor bar de tapas. Rincón ideal para refugiarse en días de frío, de lluvia o melancolía. Con posters del F.C. Barcelona en las paredes y pipas en las esquinas; este garito invita a sentarse y relajarse. Mirar los guiris degustar pimientos del padrón y escuchar conversaciones de universitarios. Jóvenes que aún mantienen la llama viva y la ilusión de que nos salvaremos. Las tapas no son muy agraciadas, pero si sabrosas. El camarero de la barra: Un crack.
Enajenarse es fácil cuando deambulas por una barra.
Por eso mejor ignóralo.
Él prefiere su solitario sarcófago.
En donde infernales ecos le interpelan:
“¿Hasta cuándo aguantarás este ritmo?”
Las luces se apagan melancólicamente,
Mientras su alma grita desdichas,
Lamentos, bebidas y frustraciones.
Y uno que otro café descafeinado de sobre,
Con la puta leche desnatada.
Barna Brew, Carrer Parlament #45. A una cuadra del modernillo Mercat de Sant Antoni, se erige este pulcro y animado manantial de cerveza artesana. A pesar de estar en el epicentro hipster, los precios de sus cervezas son bastante coherentes. Ideal para hacerse el lindo e invitar unas copas. Sus tesoros son las cervezas de tirador, tres de las cuales se fabrican en el mismo bar. Los precios de la cocina son otra cosa… sin embargo si dejas que la cerveza fluya, florecerá el lúpulo en tu jardín interior.
Bar Porto Colon. Carrer d’En Fontrodona, esquina Vila y Vila. Bar de barrio ubicado en el Poblesec. Bocadillos clásicos, cerveza barata, promociones de hamburguesa, menú del día. Con un televisor grande, ideal para ver fútbol o lo que salga de ese aparato. Al costado de Molino y a pasos del Apolo. Perfecto para hacer la previa antes de cualquier espectáculo. Su ubicación céntrica permite disfrutar la simbiosis de turistas perdidos y parroquianos de toda la vida. Baño en correctas condiciones, salvo el papel higiénico que raspa hasta paredes. Precios populares.
Bar la Bota. Carrer d’En Fontrodona, 23, Poblesec. Pequeña y acogedora cantina. Un clásico del barrio. Con Estrella Galicia de tirador, cócteles, empanadas y un proyector con cine mudo. Se prende tipo 11 de la noche. Esporádicamente se puede encontrar música en vivo. Ideal para conversar y conocer gente.